COVID-19: Salud recomienda a padres de familia llevar la autorización y carnet de identidad para vacunar a sus hijos
COVID-19: Salud recomienda a padres de familia llevar la autorización y carnet de identidad para vacunar a sus hijos

La viceministra de Seguros de Salud y Gestión del Sistema Único de Salud, Alejandra Hidalgo, recomendó este miércoles a los padres de familia llevar el formulario de autorización y el carnet de identidad para vacunar contra el COVID-19 a los niños y adolescentes de entre 12 y 17 años.

“Tienen que llevar su carnet de identidad, el formulario de autorización y el carnet de identidad de la mamá, papá o tutor, para que el niño o adolescente pueda recibir la vacuna”, dijo en entrevista en Bolivia Tv.

Explicó que el Ministerio de Salud y Deportes emitió el instructivo correspondiente a los servicios departamentales de salud, vía el Programa Ampliado de Inmunización (PAI), para preparar el tema logístico e iniciar con la inmunización contra el COVID-19 a los niños y adolescentes de entre 12 y 17 años con la vacuna Pfizer.

Hidalgo detalló que se tiene una población de más de 913.000 niños y adolescentes de entre 12 a 15 años y 458.000 aproximadamente de entre 16 y 17 años, teniendo un grupo poblacional de más de 1,3 millones de ciudadanos al que se pretende llegar.

“Entre la primera y segunda dosis deben transcurrir los 21 días, para mejorar el sistema inmunológico, a momento que el niño o adolescente este con un contagio positivo a COVID-19, como ocurre con los adultos”, mencionó.


 
Viceministro Ruiz: Plan de Desarrollo Económico y Social fortalecerá a gobiernos subnacionales
Viceministro Ruiz: Plan de Desarrollo Económico y Social fortalecerá a gobiernos subnacionales

El viceministro de Autonomías, Álvaro Ruiz, ratificó este viernes que el Plan de Desarrollo Económico y Social (PDES) no afecta a las autonomías de gobernaciones, municipios y universidades, al contrario, apoyará a los gobiernos subnacionales.

“Absolutamente en nada, no afecta en nada, muchas veces es mejor aclarar con ejemplos, esta Ley del Plan de Desarrollo Económico y Social, es prácticamente la misma ley que se aprobó hace cinco años atrás, y hace cinco años tras yo no he escuchado ninguna queja de que haya vulnerado las autonomías departamentales y municipales y, peor, las universitarias”, manifestó.

Dijo que, por el contrario, fortalecerá la reconstrucción de la economía en los distintos niveles gubernamentales, apoyando la industrialización y generando empleo.

“Todo el mundo ha hablado hoy que nuestro plan es la industrialización, es la reconstrucción de la economía, es el vivir bien, todo el mundo ha hablado de tener un país industrial, un departamento industrial, un municipio industrial; es decir, que garantice que los productos tengan valor agregado, que podamos tener más empleo y eso es a lo que apuntamos, y eso requiere del esfuerzo y coordinación con los niveles subnacionales”, indicó.

Señaló que aquellos políticos que sostienen que el PDES afecta a las autonomías, lo único que buscan es protagonismo, sosteniendo un discurso de confrontación.

“Que está afectando la autonomía es un discurso que busca convulsiones y no soluciones, es un discurso que tiene el afán de buscar un protagonismo de algunos dirigentes que seguramente tienen todo el derecho, pero no es la realidad, el país lo construimos desde los municipios, desde las gobernaciones y nuestro gobierno así lo entiende y así lo hemos incorporado en la Constitución Política del Estado, así respetamos y así estamos construyendo nuestro país”, señaló.


El Plan de Desarrollo Económico Social 2021 - 2025 Un debate sin debate
El Plan de Desarrollo Económico Social 2021 - 2025 Un debate sin debate

Estamos a pocas horas de que se promulgue mediante ley, el Plan de Desarrollo Económico y Social (PDES) 2021 - 2025, y con ello activar toda la planificación tanto de mediano, como de corto plazo a nivel nacional. Este esperado plan establecerá la ruta para impulsar una batería de acciones tendientes a solucionar los impactos negativos dejados por la pandemia y retomar el rumbo de desarrollo sostenible que Bolivia presentaba antes del 2020, su mensaje es claro, y retoma la política de reactivación económica que viene siendo implementada tanto en el ámbito público como en el ámbito privado: “Industrialización con sustitución de importaciones”.

No obstante, dicha promulgación viene acompañada de algunos cuestionamientos ligados a la forma y el proceso en que dicha ley fue presentada y sancionada. Por eso, a continuación, brindaremos algunos elementos técnicos relevantes que pretenden explicar el contexto actual del PDES y por qué al mismo todavía le falta un periodo y proceso importante de implementación, que debe ser realizado de manera conjunta con todos los actores, incluyendo aquellos que actualmente discrepan con el mismo, convirtiendo a este momento en un “debate sin debate” real ni productivo.

La Constitución Política del Estado 

Inicialmente, es importante resaltar que nuestra actual Constitución Política del Estado establece en su Artículo 298 como competencia privativa del nivel central del Estado la “Política económica y planificación nacional”, entendiendo que esta planificación nacional viene representada en el  Plan General de Desarrollo Económico y Social (PGDES) y el Plan de Desarrollo Económico y Social (PDES), y que el resto de planes pertenece a otros niveles y ámbitos de planificación: la planificación sectorial, la territorial y la institucional.

La Ley deI SPIE

La Ley del Sistema de Planificación Integral del Estado (Ley 777) ratifica en su Artículo 12 que el Órgano Rector (MPD), en “coordinación con Presidencia, Vicepresidencia y Ministerios del Órgano Ejecutivo, a través de las instancias de coordinación existentes, realizará la planificación integral del Estado Plurinacional, y en coordinación con los actores sociales, según corresponda”.

Siendo los actores sociales, representados, por ejemplo, en aquellas nueve cumbres departamentales llevadas a cabo durante este segundo semestre, aportando con ello al establecimiento de los nuevos ejes de desarrollo contenidos en este nuevo plan.

Así, también, los ministerios cabeza de sector se convierten en portavoces válidos y articuladores de las preocupaciones y anhelos de aquellos actores territoriales, con los cuales están en contacto y coordinación diaria.

Por otro lado, el Artículo 15 establece que el PDES es el “instrumento a través del cual se canaliza la visión política que se desprende del PGDES, materializada en la planificación de mediano plazo”.

Esto significa que el PDES establece la mirada y las líneas estratégicas del Estado, mas necesita de otro conjunto de planes para ser implementada, estos planes son los contribuidores reales y aterrizadores de las políticas establecidas en él (por ejemplo PEI y POA por ser formulados).

El mismo artículo define un procedimiento para la formulación y la implementación del PDES:

  • Estableciendo obligatoriedad en la implementación del PDES luego de su aprobación, para aquellos actores definidos en el Artículo 4 de la presente Ley.
  • Difusión del PDES, por el Órgano Rector, en todo el territorio nacional, promoviendo el desarrollo de capacidades institucionales para su efectiva implementación.
  • El Órgano Rector coordina en todos los niveles territoriales, la ejecución del PDES.

Finalmente, los Artículos 16 y 17, ligados al desarrollo y elaboración de los planes sectoriales y territoriales, establecen que el ministerio a cargo del sector, coordina, elabora y remite los planes sectoriales (PSDI) al Órgano Rector del SPIE, en un plazo de hasta 120 días después de la aprobación del PDES; de igual manera, los planes territoriales (PTDI), serán formulados en un plazo de hasta 180 días después de la aprobación del PDES.

Por tanto, como se puede observar, si bien el PDES establece la visión del Estado para los siguientes cinco años (enmarcada en la Agenda Patriótica) todavía es el inicio de la planificación de mediano y corto plazo, tanto sectorial, territorial como institucional. En el caso de las ETA será mediante los PTDI donde se consoliden las contribuciones nacionales, pero también las propuestas regionales, congruente con el marco de las autonomías y el presupuesto asignado año tras año. En el caso de las universidades, será una agenda abierta para que ellos definan las metas a las cuales contribuirán con la formación y la investigación como atribuciones principales.  

La Agenda Patriótica

Desde el 2015, el Estado Plurinacional de Bolivia tiene una Agenda Patriótica (PGDES) que establece los 13 pilares de desarrollo, recordemos que esta agenda fue ampliamente difundida y todavía es la rectora de la política de desarrollo nacional.

Estas dimensiones de desarrollo no son contrarias a los ejes que cualquier entidad del nivel central o territorial ha venido persiguiendo o proyectará para el siguiente quinquenio, por tanto, no existe sorpresa en lo que esperaremos en el PDES 2021 - 2025, pues debe articularse a estos 13 ejes de desarrollo nacional, además de tomar en cuenta el contexto generalizado de recuperación de la pandemia:  

  • Erradicación de la pobreza extrema
  • Universalización de los servicios básicos
  • Salud
  • Educación
  • Científica y tecnológica
  • Soberanía productiva
  • Manejo sostenible y sustentable de recursos naturales
  • Soberanía alimentaria
  • Respeto a la Madre Tierra
  • Transparencia en la gestión pública
  • Recuperación de nuestras costumbres, entre los más importantes.

Reactivación Económica y Desarrollo

El PDES 2021 - 2025 recupera los compromisos realizados por el programa de gobierno presentado por el presidente Luis Arce en su candidatura, referidos a la reactivación económica bajo contexto de pandemia, y las articula a la planificación de largo plazo (Agenda Patriótica).  

Los proyectos de continuidad  

Se entiende también que el PDES 2021 - 2025 (enmarcado en la planificación de largo plazo) recuperará con seguridad, varias políticas públicas de su predecesora 2016 - 2020, pues temas como la reducción de la pobreza, coberturas de los servicios básicos, salud, educación, empleo, entre otras, son todavía una agenda abierta y con brechas considerables con las metas inicialmente propuestas, por tanto, esto es expandible al resto de planificación sectorial, territorial e institucional, por tanto, no debería ser un total desconocimiento por parte de sus operadores.

Para terminar, queda pendiente y es un compromiso analizar de manera conjunta cada uno de los ejes, metas, resultados y acciones propuestos en el PDES 2021 - 2025, a fin de aportar con un mayor entendimiento a la formulación de la planificación sectorial, territorial e institucional a desprenderse de este documento. Por ahora, no vale la pena extender el artículo y exponer más elementos de debate, pues todavía, como lo hemos manifestado anteriormente, no existe dicho debate… el mismo vendrá luego, y será enriquecedor, con total seguridad.


Teorías de desarrollo versus practicidad
Teorías de desarrollo versus practicidad

La teoría neoclásica del crecimiento ha sido la base del análisis que explica la forma y las estrategias con las cuales los países alcanzan diferentes niveles y como la productividad, dentro de las economías, logran ayudar a las combinaciones entre los factores de producción para que se pueda conseguir este crecimiento en las sociedades del mundo.

Al profundizar estos estudios y su comprensión, aparece el principio de convergencia, que constituye un ancla en el análisis que propugna la hipótesis de que todas las economías llegarán a crecer en la misma medida y todas, en algún momento del tiempo, llegan a tener los mismos niveles de crecimiento y, por ende, este es infinito. Lo complicado de entender este primer enunciado es que si el crecimiento tiende a ser imperecedero, y siendo uno de los factores de producción la tierra y los recursos que hay en ella, está por demás aclarar que estos sí son finitos. Por ende, este principio desalmado para con el planeta donde vivimos resulta ser angular a la hora de entender a muchos analistas consagrados en el neoliberalismo, que insisten en una teoría desarrollista sin importar si esto tenderá a dejarnos sin hábitat, sin agua y sin seres vivos en el planeta, todo esto mientras unos pocos sigan lucrando y el sistema capitalista tenga las fauces llenas.

En contrapeso y de manera más evolucionada las teorías que han empezado a explicar no solamente el crecimiento sino el desarrollo, han plantado su principal análisis en el enunciado de que el crecimiento no garantiza el desarrollo y que un alto PIB-per cápita no está directamente relacionado con la mejora de calidad de la vida de las personas de un determinado país. Esto ha sembrado en los países la preocupación por la construcción de una política social agresiva que busque atacar indicadores de pobreza y desigualdad, que a su vez establece “condiciones piso” para que el desarrollo individual parta medianamente en las mismas condiciones.

La pandemia ha sido otro factor que ha destapado lo cruento de las políticas económicas de los gobiernos que concentran la mayor cantidad de recursos, ya que pese a reacciones desesperadas por mejorar los niveles de calidad de prestación de servicios de salud, ningún país ha podido sacar la cabeza y decirle a sus pares que estaba listo para poder enfrentar al COVID-19; esto ha vuelto a desempolvar el debate para quienes consideramos que las sociedades necesitan pensar en desarrollo como un conjunto mucho más grande que crecimiento.

En América Latina y el Caribe, tanto el crecimiento como el desarrollo han sido elementos que preocupan a los gobiernos desde siempre, sin que esta preocupación haya implicado una solución; sin embargo en esta búsqueda han logrado la adaptación de recetas que guíen a las sociedad a mejores estándares de vida (como una de las recetas mejor vendidas a esta región  está el modelo industrial, una justificación lógica y teórica para que los países puedan establecer un sector fuerte y robusto industrial para su desarrollo), que han venido desde la cuna del capitalismo que ha buscado incesantemente usar la región para su beneficio. Esto se explica a través del enunciado de la teoría del subdesarrollo de André Gunder, quien afirma que el desarrollo del centro precisa el subdesarrollo de la periferia, nada más cercano a los hechos que han envuelto la relación histórica entre Latinoamérica y los Estados Unidos.

Para Bolivia la identificación de estos dos conceptos (crecimiento y desarrollo) y su diferenciación fueron aclarados intensamente en la aplicación del modelo económico social comunitario productivo implementado desde 2006. En el sentido puro del modelo entendimos que se debía mejorar nuestros niveles de calidad de vida alcanzando tasas de crecimiento aceptables, interpretado como el incremento del PIB; pero comprendimos también que nuestras diferencias entre clases sociales y los niveles de pobreza tenían que ser atacados con un gobierno que propugne la igualdad y la equidad, con un discurso político y desde la implementación de medidas de corte eminentemente social con base en la redistribución de la riqueza y la utilización de un fuerte componente del presupuesto del Estado en mecanismos que busquen sacar a millones de personas de los umbrales de pobreza.

Es así como los bolivianos enfrentamos esta nueva fase pospandemia, con el repunte de nuestros indicadores económicos y la decisión tomada de hacerlo con justicia social e igualdad entre nosotros.


Las emisiones de CO2 ya están casi al nivel récord de 2019
Las emisiones de CO2 ya están casi al nivel récord de 2019

Las emisiones mundiales de CO2, el principal gas de efecto invernadero, volverán a subir en 2021, nada menos que un 4,9%, hasta ubicarse a menos de un 1% del récord de 2019, según un estudio del Global Carbon Project, un consorcio internacional de científicos, que detalló que China es responsable del 31% de ese total anual.

El documento remarcó que la pandemia de la Covid-19 pareció solo un paréntesis para el clima y para las emisiones mundiales de CO2, por el freno que había significado en la economía global, al punto que las emisiones totales cayeron un 5,4% en 2020.

Pero las estimaciones sostienen que esas emisiones volverán a subir en 2021, nada menos que un 4,9%, a menos de un 1% del récord de 2019, según el estudio publicado durante la conferencia climática COP26, convocada por la ONU en la ciudad escocesa de Glasgow.

El informe constató que la reactivación económica vuelve a basarse en las energías fósiles.

Las emisiones generadas por la industria del petróleo aumentarán un 4,4% en 2021 y aunque no vuelven a los niveles de 2019, los autores advirtieron que eso puede deberse a que el sector de transportes aún no recuperó los niveles previos a la pandemia, y por lo tanto, ese repunte puede acelerarse.

"Este informe es un balde de agua fría. Demuestra lo que está sucediendo en el mundo real, mientras que aquí en Glasgow hablamos de cómo lidiar con el cambio climático", alertó Corinne Le Quéré, profesora de cambio climático en la universidad de East Anglia, en Reino Unido, y una de las autoras del informe, en declaraciones a la agencia de noticias AFP.

La consecuencia de este recalentamiento de la economía, y por ello del planeta, es que se aleja cada vez más del objetivo establecido en el Acuerdo de París de 2015 de limitar el aumento de la temperatura a +1,5ºC.

El planeta ya experimentó un aumento de entre +1,1ºC y +1,2ºC, respecto a la era preindustrial, y se estima que si se mantiene este ritmo, el mundo tiene solo ocho años por delante para tener el 50% de probabilidades de limitar el aumento de la temperatura al +1,5°C.

China, justamente el país origen de la pandemia, ya representa el 31% de las emisiones de CO2, y como su economía salió antes del encierro provocado por el coronavirus -aunque ahora enfrenta un posible nuevo rebrote-, ese porcentaje podría cambiar.

Le Queré expresó que la caída de la actividad mundial a causa de la pandemia "nunca fue un cambio estructural porque dejar el coche temporalmente en el garaje o cambiarlo por un coche eléctrico, no es lo mismo".

Otro de los autores, Glen Peters, del Centro Internacional de Investigación sobre el Clima, avisó que el repunte "fue más fuerte de lo que se esperaba".

Como contracara de China, las emisiones de 2021 bajarán en Estados Unidos y la Unión Europea un 3,7% y un 4,2%, respectivamente, este año, según indicó el estudio.

Estados Unidos representa el 14% de las emisiones planetarias y la UE un 7%. India, el cuarto emisor, se situó en el 7%.

Los expertos advirtieron que como la demanda de energía es insaciable, supera en mucho las multimillonarias inversiones para cambiar el modelo de las energías fósiles a uno más sustentable basado en energías renovables.

El dato alentador, con todo, es que en la década de 2010, 23 países crecieron y sus emisiones bajaron, lo que implica que las reglamentaciones y los cambios funcionaron.

Sin embargo, para llegar a un equilibrio de emisiones y retenciones de gases en 2050, lo que se conoce como neutralidad carbono, habría que dejar de emitir 1.400 millones de toneladas al año. Le Queré explicó que en 2020, durante la pandemia, “solo cayeron 1.600 millones de toneladas".


© CopyRight — Agencia Boliviana de Información 2024 ABI