Durante el mandato del presidente Luis Arce, Bolivia ha transitado un complejo escenario marcado por una aguda polarización política, constantes bloqueos legislativos y conflictos sociales, al mismo tiempo que enfrentaba crisis externas como la pandemia del Covid-19, la guerra entre Rusia y Ucrania, y una severa crisis climática. Pese a ello, el Gobierno destacó avances económicos estructurales y una política de industrialización sin precedentes.
Un gobierno bajo constante asedio político
Desde su elección en octubre de 2020, Luis Arce enfrentó uno de los periodos más conflictivos desde la recuperación de la democracia. Apenas días después de ganar las elecciones, el Movimiento al Socialismo (MAS) sufrió hostigamiento con la presencia de fuerzas militares frente a su casa de campaña. A ello se sumaron denuncias de intento de magnicidio y movilizaciones cívicas que rechazaban los resultados electorales.
La tensión se intensificó con el paso del tiempo, particularmente por los enfrentamientos internos dentro del MAS, protagonizados por Evo Morales, quien desde 2021 inició una escalada de ataques verbales y políticos contra el vicepresidente David Choquehuanca y miembros del gabinete de Arce.
En paralelo, factores como los bloqueos al proyecto de ley contra ganancias ilícitas, la politización del Censo en 2022 y la conformación de una “bancada evista” en 2023 contribuyeron a paralizar la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), obstaculizando créditos e iniciativas del Ejecutivo.
Asimismo, uno de los episodios más graves se registró el 26 de junio de 2024, con un intento de golpe de Estado liderado por el general, Juan José Zúñiga, quien tras ser relevado del mando adelantó una sublevación militar que fue desactivada por el propio presidente Arce.
En septiembre y octubre del mismo año, el país vivió nuevamente una serie de bloqueos promovidos por sectores afines a Evo Morales, provocando pérdidas económicas superiores a los $us 2.000 millones.
Crisis climática y presión externa
Durante el quinquenio, Bolivia enfrentó además fenómenos climáticos extremos que afectaron cultivos, provocaron desabastecimiento de productos agrícolas y encarecimiento de alimentos. Sequías severas, lluvias intensas e incendios forestales dañaron más de 12 millones de hectáreas y afectaron a centenares de miles de familias, especialmente en el oriente del país.
Asimismo, la guerra entre Rusia a Ucrania elevó los costos del transporte y de los combustibles, presionando la inflación global. Estos factores externos, combinados con la especulación interna y los bloqueos, explican un 74% de la inflación acumulada en 2024, que alcanzó el 9,97%.
Economía: entre obstáculos y reformas estructurales
Pese a este entorno adverso, el Gobierno aseguró haber sentado las bases para una transformación estructural de la economía. Entre las medidas más destacadas están:
* Reactivación de la exploración de hidrocarburos.
* Implementación de plantas de biodiésel para reducir la importación de combustibles.
* Sustitución de importaciones mediante la industrialización.
* Diversificación de la matriz energética con enfoque en energías renovables.
Desde 2021, se entregaron 14 plantas industriales y se construyen 21 más en todo el país. Además, se invirtieron más de $us 11.300 millones en obras públicas. No obstante, 16 créditos por un total de $us 1.849 millones permanecen bloqueados en la ALP, afectando proyectos estratégicos y la disponibilidad de divisas.
Un modelo económico resistente
A pesar de los bloqueos, el sabotaje legislativo y la crisis climática, el Producto Interno Bruto (PIB) de Bolivia mostró un crecimiento positivo sostenido desde 2021, aunque desacelerado en los últimos trimestres.
El Gobierno defiende el Modelo Económico Social Comunitario Productivo como el motor de esta resiliencia, apuntalado por políticas de apoyo al productor, ferias del campo a la olla, militarización de fronteras para evitar el contrabando y la exención de aranceles para bienes esenciales.
De esta forma es que la gestión del presidente del Estado, Luis Arce, ha estado marcada por una dualidad persistente: por un lado, la profundización del conflicto político y, por el otro, una apuesta por la transformación económica basada en la industrialización, pese a los obstáculos internos y externos.
Sobre toda esta coyuntura, la Agencia Boliviana de Información – ABI le ofrece a sus lectores estas notas especiales:
- La ira de Evo: El veto a su candidatura que sacudió al pueblo y generó un daño de más de $us 4.000 millones
- Inédito acuerdo entre el evismo y la oposición selló el bloqueo a créditos en el Legislativo
- Sabotaje, bloqueos y crisis climática: Situaciones que llevaron a la caída del crecimiento económico
- Al menos 4 factores externos al modelo económico explican la inflación de Bolivia en 2024
- Bolivia enfrentó sequías, inundaciones e incendios forestales devastadores que impactaron en la economía
- A casi un año del fallido golpe de Estado de Zúñiga, se alista el juicio contra los acusados
- Fortalecimiento de la lucha contra el contrabando para cuidar la seguridad alimentaria y economía del país
- Industrialización para sustituir importaciones, el cambio estructural de la economía boliviana
Afbs/







