Ismael Marquina, sargento de policía que en 2019 decidió no plegarse al motín de sus entonces camaradas, testimonió que tras ser detenido, acusado falsamente de terrorismo y tráfico de armas, le pidieron que para ser liberado entregue a tres dirigentes del trópico de Cochabamba.
“¿Qué me decían?, 'tienes dos opciones Marquina, entréganos a Andrónico, a Leonardo y a Leónida Zurita y no te metemos a la cárcel'”, relató.
Marquina estuvo incomunicado por tres días sin abogado, sin visitas familiares y sin alimento, además de ser víctima de maltratos de parte de sus propios excolegas que lo catalogaban como traidor y masista.
“Me llevaron al grupo DACI, donde me hicieron lo que querían porque dependían directamente de Arturo Murillo. Estuve esperando que se cumpliera las 8 horas para que me suelten y no comprobaron nada y tampoco me soltaron”, comentó.
Posteriormente, después de su audiencia de medidas cautelares, fue trasladado a la cárcel de Abra como un preso más, pese a que había cumplido con todos los requisitos para su liberación y que no se le había comprobado ninguna de sus acusaciones.
“En la cárcel del Abra estuve nueve meses y luego de cuatro audiencias y nueve apelaciones conseguí la detención domiciliaria con dos custodios en plena pandemia; se me impuso una fianza de 30 mil bolivianos, arraigo y una firma cada diez días, todo eso se me impuso para que no pueda cumplir y nuevamente retorne a la cárcel”, recordó.
Sobre los hechos del puente Huayllani, en Sacaba, dijo que para que se ejecute esa masacre hubo una cadena de mando y, como muchos que participaron del golpe de Estado, están identificados.
"Quisiera que los que han sido responsables paguen por sus actos, no por política, hubo víctimas inocentes que salieron a hacer una manifestación, una protesta que es su derecho. Los responsables existen hay quien llamó a la convulsión social, hay quién financió, y hay quién dio la orden y quienes actuaron, esas personas deben pagar sus actos. Quien llamó a la convulsión fue Carlos Mesa, quien financió (fue) Fernando Camacho, quien dio la orden (fue) Jeanine Áñez a través de su gabinete y actuó el alto mando policial y militar", concluyó.







