“Voy a seguir defendiendo el respeto a mis derechos como ciudadana y como boliviana”, manifestó Eusebia, quien fue víctima de las represiones policiales y militares en Yapacaní, en el departamento de Santa Cruz, en noviembre de 2019.
En contacto con el programa Somos Democracia, una alianza de medios estatales, difundido por Bolivia Tv, la entrevistada relató este viernes que aquella vez se sumó a las movilizaciones pacíficas en defensa del respeto a los derechos humanos.
Contó que jamás olvidará cómo los militares salieron a las calles de Yapacaní a reprender al pueblo, a aquellos hombres y mujeres humildes, que únicamente exigían el derecho al trabajo, a la alimentación y a defender la democracia.
“Luego de que nos gasificaron, vi que las balas pasaban por encima mi cabeza y llegaban a la espalda, a las piernas, a los brazos, a la cabeza de los hermanos. Unos estaban heridos y otros fallecieron en un instante”, recordó con lágrimas en los ojos.
Eusebia no solamente cuestionó el rol de la Policía y los militares durante las movilizaciones pacíficas en noviembre de 2019, sino también la cuarentena rígida que decretó el gobierno de facto de Jeanine Áñez.
“Esa vez, los ricos no pasaron hambre, los pobres fuimos los que sufrimos. En las calles había mujeres desde niñas, jóvenes y ancianas que salían a vender sus productos, para ganar algunos centavos, pero eran amedrentadas por los policías y militares”, manifestó.
A más de un año de lo ocurrido, Eusebia pide que no sólo Áñez, sino también el exministro Arturo Murillo y el cívico cruceño Fernando Camacho paguen las consecuencias y se hagan responsables de los heridos y las muertes en Yapacaní, Sacaba (Cochabamba) y Senkata (El Alto).







