La disminución de los casos de COVID-19 en Bolivia, tras 16 semanas consecutivas de incremento, no puede ser interpretado como una desescalada, dijo este jueves el ministro de Salud, Jeyson Auza.
“Tenemos que ser muy claros, cuando disminuyen los casos, es un elemento que nos da esperanza, pero no puede ser interpretado como una desescalada franca o que la pandemia está terminando”, afirmó durante el acto de inauguración del punto masivo de vacunación y diagnóstico en el campo ferial Chuquiago Marka, en La Paz.
Explicó que, en la última semana epidemiológica, siete de los nueve departamentos mostraron un descenso de casos COVID-19, luego de que el país atravesó por el pico histórico más alto desde el inicio de la pandemia.
Dijo que se espera mantener una tendencia de disminución de casos después de 16 semanas consecutivas de un incremento exponencial.
Auza remarcó que el Gobierno nacional está centrado en la aplicación del plan integral de lucha contra el COVID-19 y el plan nacional de vacunación que tiene varias estrategias orientadas a proteger la vida del pueblo boliviano.
“Las recomendaciones son mantener las medidas de bioseguridad”, aseguró.
Ello implica disciplina de la población, aplicación de las medidas de bioseguridad y ante todo la vacunación, complementó.
