Varias mujeres luchadoras por la democracia expresaron sus testimonios de las torturas que sufrieron, los asesinatos que vieron personalmente, las muertes por golpizas que observaron durante la dictadura de Hugo Banzer, en los ’70, y coincidieron en destacar la importancia de preservar la libertad, la democracia para nunca retroceder a un golpe de Estado.
Las asistentes a Bolivia Tv fueron Teresa Subieta, Sonia Brito, María Victoria Fernández, Elsa Crispín y Ledy Catoira.
María Victoria Fernández, quien es una de las sobrevivientes de la Masacre de San Juan tras el asalto militar a los campamentos mineros de Siglo XX, en Catavi, el 24 de junio de 1967, dijo que fue apresada durante el golpe de los ’70 e incomunicada en una casa de seguridad instalada en Achocalla, en La Paz. Entonces, ella era universitaria.
“Lo más doloroso que recuerdo es la muerte de mis compañeros. En Achocalla, por ejemplo, yo vi como los han asesinado (…) con las ramas de los eucaliptus, porque Achocalla era lleno de eucaliptus y con eso, hasta matarlos”, relató en el programa “Luchadoras por la Democracia”.
“Y cuando ya estaban muertos les daban un tiro para decir que estaban escapando”, dijo.
“He visto como a un compañero, Ivo Stambuck, él cayó preso. Nunca le han curado, él se ha ido gangrenando, todos los días lloraba de dolor y pedía a su mamá. Al último, así murió él”, contó.
“He visto como a mis compañeras, hemos sufrido las mujeres especialmente, había un cuarto. He visto como les han torturado. Con nosotros hacían tiro al blanco los policías”, manifestó.
“Algo que no voy a olvidar es que cuando estaba con mi compañero Luis Stamponi , caímos los dos en Llallagua con mi hijo pequeño, inmediatamente me quitaron” a mi hijo, dijo Fernández.
Brito recordó que en la dictadura de Banzer más de 400 personas fueron asesinadas, cerca de 100 desaparecieron, más de 4.000 resultaron presos y exiliados además de que se intervino las universidades y las radios mineras.
Catoira, quien pasó tres años detenida durante la dictadura, explicó que la derecha fascista, apoyada por EEUU impulsó golpes de Estado en varios países.
A su turno, Crispín indicó que lo que más miedo le causó fueron las torturas y los interrogatorios violentos a cargo de las fuerzas de represión del régimen golpista.
Por su parte, Subieta dijo que estuvo detenida en una casa de seguridad de Achocalla donde fue torturada y tuvo que aprender a dormir en pie, debido a las condiciones de encierro existentes.
Todas ellas coincidieron en destacar el papel de las mujeres para dar fin a la dictadura de los ’70 con una huelga de hambre y su rol en la lucha contra la “relocalización’ (despido masivo) implementada durante el periodo neoliberal.







