“¿Le estás robando al gobierno? ¡No!, no le estás robando al Gobierno porque si fuera ilegal no hayga (sic) salido tu nombre ¿no? porque estás vigente para cobrar. Allá en Bolivia mi hija hace las transacciones. El trámite te cuesta 300 bolivianos y acá no te cobramos nada”, dice una voz femenina que mezcla un acento porteño y cruceño.
Quien responde al teléfono es una mujer que se identifica como Claudia, quien es entrevistada sin percatarse por el periodista Marcelo Orellana, que conduce junto a Mabel Arcienega, Vanesa Uriona y Reynaldo Gutierrez el programa Yo opino 2.0, que se difunde por radio La Nueva FM 100.1, desde Villa Celina en Buenos Aires, Argentina.
“Necesito que vengas vos acá a mi casa y en tu delante vamos a hacer los trámites y necesitás un correo activo en tu teléfono porque te va a llegar un código para crear la cuenta. Vos cobrás (el bono) acá “, aclara.
Ante algunas dudas planteadas, la mujer se ofrece enviar fotos de las personas que cobraron el beneficio y en caso de que no prosperen las diligencias el dinero estará en la cuenta bancaria del beneficiario cuando retorne a Bolivia. La entrevista se puede ver haciendo click aquí.
Orellana informa a la ABI que los estafadores, que empezaron a proliferar a partir de los primeros días de enero, ubican su actividad en Villa Celina, Escobar, Villa 1-11-14, Lomas del Mirador, Puente La Noria, Olimpo y otros barrios donde viven miles de migrantes bolivianos, en cuyas calles instalaron precarias oficinas, o muchas veces atienden en la calle.
A estas alturas, el periodista tiene claro el modus operandi: Los estafadores les sacan fotografías de frente y de perfil, obtienen fotocopias de su carnet de identidad y una cuenta electrónica en su teléfono celular, con cuya información abren una cuenta en un banco, bajan la app UNImóvil Plus, cobran el bono y casi inmediatamente el dinero se transfiere a otra cuenta.
Relata que los estafadores se quedan con parte del dinero de los beneficiarios del bono y en otros casos no les entregan ni un centavo bajo el argumento de que está “inhabilitado para cobrar” o el banco no acepta la transacción. Después de que hizo público sus investigaciones, recibió llamadas telefónicas que le amenazaron de muerte.
Otra de las periodistas que dirige el programa Yo opino 2.0, relata que en la Villa 1-11-14 fue testigo de una lista larga de migrantes bolivianos para hacer los trámites para intentar cobrar el beneficio.
En un video enviado por Orellana, se observa a una mujer sentada sobre un tacho de pintura, quien trata de espantar el calor agitando la mano derecha y en la izquierda porta un celular.
“No me hace valer tu foto sonriendo”, le contesta a un hombre que averigua si ya puede cobrar el bono.
En otro audio, un hombre relata que, en el Puente la Noria, en una casa que tiene la numeración 1596, fue estafado por una persona que apenas le entregó 10.000 pesos argentinos bajo el siguiente argumento: “Te estoy dando esta plata de mi bolsillo porque no se puede cobrar tu bono”. Después averiguó a través de sus familiares en Bolivia que el individuo cobró el beneficio que suma a unos 21.500 pesos argentinos al cambio.
El artículo 3 del Decreto Supremo Nº 4392, promulgado el 13 de noviembre de 2020 por el presidente Luis Arce Catacora, señala que “las personas beneficiarias del Bono Contra el Hambre son las y los ciudadanos bolivianos que residen en el país, mayores de dieciocho (18) años de edad al 16 de septiembre de 2020”.
Para evitar filas en los bancos, el Viceministerio de Pensiones y Servicios Financieros presentó una aplicación móvil que se puede descargar desde cualquier dispositivo inteligente, lo que permite cobrar el bono sin ir al sistema bancario y pedir que el dinero se transfiera a su cuenta.
Asimismo, algunos bancos en Bolivia permiten la apertura de una cuenta a través de la Internet, con escasos requisitos: foto nítida de carnet anverso y reverso, firma en un papel blanco, que residan en Bolivia y la solicitud es personal. Todo al alcance de la mano, o de un click.