Santa Cruz, 29 de agosto de 2024 (ABI). – El descenso de la tasa de fecundidad del 7,7% al 2,1% y la pandemia del Covid-19 fueron los factores principales que impactaron en los resultados del Censo 2024 en Bolivia y cifraron la población en 11.312.620, dato menor a las proyecciones, afirmó el director del Instituto Nacional de Estadística (INE), Humberto Arandia.
Los datos fueron revelados durante la presentación de los resultados poblacionales del Censo 2024 en la ciudad de Santa Cruz, que contó con la presencia de autoridades municipales como el alcalde de Santa Cruz, Jhonny Fernández, y el rector de la Universidad Gabriel René Moreno, Vicente Cuellar.
“No estoy hablando de números matemáticos, de supuestos (sino del) registro Serecí, de defunciones y de nacimientos algo innegable, algo irrefutable”, afirmó y recordó que la última misión técnica conjunta entre el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas “confirmó la coherencia de los datos preliminares a nivel nacional y subnacional, en relación con las evaluaciones recientes sobre fecundidad, mortalidad y migración”.
“Es lógico, quién puede rechazar esta realidad social (de la baja fecundidad) y quién puede rechazar el impacto que hemos tenido producto del Covid con la muerte de muchos de nuestros familiares, negar esta realidad es algo que es técnicamente inadmisible”, observó.
Basado en los datos recolectados por el Censo y la exposición del representante UNFPA, Daniel Allende, Arandia señaló que antes se tenían matrimonios a temprana edad, pero ahora se tiene un matrimonio a mayor edad, pero también más divorcios.
Eso conllevó a tener un bajo nivel de fecundidad porque también las parejas asumieron más controles para no tener hijos.
Como muestra, mencionó que entre los años 60 y 70, cada mujer, en promedio, tenía entre 7 y 6 hijos; entre los 70 y los 80, entre 5,5 y 5 hijos; entre los años 80 y los 90, pasó a 4 a 4,5 hijos y después de los 90 a los 2000, ya llegó a 3,5 hijos.
“Cuando realizamos la EDSA (Encuesta de Demografía y Salud) en 2016, obtuvimos un ratio de 2,9 hijos por mujer. Tres hijos. Y con la EDSA que hemos realizado el año pasado, lo que hemos encontrado es que tenemos 2,1 hijos”, explicó.
Considerando ello, señaló que el indicador de Bolivia está en la “media mundial”, donde sólo una tasa de fecundidad más alta la tiene África, incluso “los países desarrollados, economías emergentes en general, y ni qué decir, Europa, tienen tasas globales de fecundidad por debajo de 2, que es la tasa de reemplazo, la tasa crítica”.
“Si un país tiene una tasa de fecundidad por debajo de 2, su población tiende a envejecer y a estancarse y o decrecer. Una dinámica ya temporal. Y esto no es un fenómeno de Bolivia, es un fenómeno a escala global, porque los supuestos que brindamos de la transición demográfica que explicamos son reales. Nadie la va a poder discutir, que ese es el comportamiento que está ocurriendo hoy en día en todas las familias”, argumentó.
En esa línea arguyó que “si la tasa de fecundidad cae, las estimaciones realizadas en la proyección de nacimientos tienen que ser racionalmente menores”.
A ello, sumó los datos de las personas fallecidas por el Covid-19 que llegó a Bolivia en marzo de 2020.
“Pero ¿cuál es la proyección en base a registros de defunciones con los certificados de defunción del Serecí? ¿Alguien de ustedes conoce a algún familiar que no haya tenido, tristemente, un difunto por el Covid? Pues yo no conozco a nadie. Es una realidad innegable. Muchas bolivianas y bolivianos murieron por la pandemia”, indicó.
Explicó que, a partir de estas estimaciones, “encontramos que la cantidad de muertos tristemente supera las proyecciones en 137.000 personas, producto de la pandemia del Covid”.
“Sumando estos dos hechos, que no han sido contemplados en los modelos de estimación, ni de Bolivia, ni de ningún país del planeta, ojo, porque nadie podría haber previsto el Covid, es que tenemos que en realidad la población versus las proyecciones habría crecido en 600.000 personas menos de las esperadas o inicialmente proyectadas. Repitiendo, la proyección no es otra cosa que un mero ejercicio estadístico que en el 2018 se basó en supuestos que no eran los que ocurrieron. Y esa es la realidad que enfrentamos”, argumentó.
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