La concejal Roxana Pérez del Castillo y detrás, en la tienda de campaña, la nieta de Rita Paucara, con su mamadera, ajena a su entorno. ABI
Rita Paucara y cinco mujeres de su familia viven en la calle desde que el alcalde Iván Arias demolió su hogar, comisión constata violación a sus derechos

Rita Paucara y cinco mujeres de su familia viven en la calle desde que el alcalde Iván Arias demolió su hogar, comisión constata violación a sus derechos

La Paz, 10 de octubre de 2022 (ABI). – Rita Paucara Pacajes, su madre de la tercera edad, sus tres hijas menores de edad y una nieta de cuatro años viven en dos pequeñas carpas de campaña sin agua ni servicios básicos desde que el pasado 4 de octubre 70 guardias municipales, por orden del alcalde Iván Arias, demolieron su precaria vivienda.

Su situación movilizó este lunes a la concejal Roxana Pérez del Castillo, a las Bartolinas, centrales agrarias campesinas y al legislativo y ejecutivo del municipio de Palca.

Todas esas comitivas establecieron que durante la violenta intervención contra la propiedad privada de Rita Paucara —una mujer de pollera, sin piezas dentales, de edad avanzada y apenas con cursos básicos de escuela— se cometieron múltiples violaciones a sus derechos, al de sus tres hijas, su nieta, su anciana madre y sus animales.

“Señor presidente (Luis Arce), justicia para Rita Paucara”, pedían los vecinos en carteles de apoyo hacia la humilde mujer aimara.

En la fría mañana del 4 de octubre pasado, cuadrillas municipales llegaron a la vivienda de la damnificada, en el barrio Rosales, de alto Achumani, con maquinaria, pico y pala, mientras ella preparaba la comida que vende al mediodía a obreros y transportistas para alimentar a su familia.

“Desde ese mal día” ha dejado de cocinar y “vender almuerzos”, contó a las autoridades que llegaron su demolida vivienda, porque con el susto y el “saqueo” desaparecieron las ollas, las dos garrafas y las verduras que compró un día antes.

Sus dos perros, España, la hembra, y Egipto, el macho, que defendieron el hogar y fueron molidos a palos y sometidos a toques eléctricos, duermen con la familia en las pequeñas carpas de lona.

Rita compró su propiedad, un terreno empinado e irregular, tres lustros atrás con los tristes ahorros de su sacrificado oficio.

Se la vendió Nelson Orozco, ya fallecido.

 Orozco compró más de 5.000 metros cuadrados de un fundo denominado ex hacienda Achumani a una familia de campesinos en la década de los noventa.

Esa familia campesina recibió del Estado en 1957, con títulos y papeles de propiedad en regla, en el marco de la reforma agraria de 1952, 10.000 metros cuadrados.

Nelson Orozco parceló su propiedad y la vendió en lotes. Una de las comparadoras fue Rita Paucara Pacajes.

Ella, sin estudios escolares, demostró su mejor derecho propietario a la alcaldía municipal de la zona sur.

Cuando recuerda lo sucedido, lágrimas de amargura recorren su envejecido rostro.

Sus pertenencias están a la intemperie, apenas tiene unas tristes monedas para el alimento, pero su orgullo no se ha roto y se hace escuchas: “Me demuelen porque soy pobre, pero a los dueños de esos edificios ilegales, que tienen plata, les perdonan todo”.

“Y cuando me han dicho mamita albergue te vamos dar, ándate a la mierda les he dicho, porque seré pobre, no tendré casa, pero orgullo tengo”.

Rdc/Mac


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