Por primera vez en el país se aplicó el Impuesto a las Grandes Fortunas (IGF), medida con la cual se recaudó Bs 240,2 millones en 2021. La política fue implementada para contribuir a la redistribución de la riqueza, la ejecución de obras y fortalecer los sectores de salud y educación.
Según datos del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, con la promulgación de la Ley 1357, del 28 de diciembre de 2020, hasta abril de 2021 se logró recaudar Bs 240,2 millones de 204 contribuyentes, cuyo patrimonio supera los Bs 30 millones.
De acuerdo con la lista de 204 millonarios, 125 se encuentran en Santa Cruz (Bs 119 millones), 48 en La Paz (Bs 100 millones), 19 en Cochabamba (Bs 14 millones), 4 en Beni (Bs 5 millones), 3 en Oruro (Bs 1 millón), 2 en Potosí (Bs 1 millón), 1 en Chuquisaca (Bs 1 millón) y 2 en Tarija.
El presidente, Luis Arce, destacó que ese tipo de impuesto es una medida que fue implementada para contribuir a la redistribución de la riqueza, en el marco del Modelo Económico Social Comunitario Productivo (MESCP).
El Estado destinará el monto de la recaudación de dicho impuesto a obras que benefician a los bolivianos, en áreas de salud, educación, infraestructura productiva y otros proyectos incluidos en la inversión pública, destacó el Servicio de Impuestos Nacionales (SIN), por otra parte.
El IGF fue puesto en vigencia mediante dicha ley, que estuvo dirigida a dos tipos de personas: a las que radican en Bolivia y tienen un patrimonio superior a los Bs 30 millones; y a las que viven en el exterior y cuenta con un patrimonio mayor a ese monto en el país.
Según la norma, el impuesto recae a quienes tienen bienes inmuebles, vehículos terrestres y de navegación aérea o acuática, inversiones de capital, depósitos en entidades financieras, dinero en efectivo en moneda nacional o extranjera, ingresos por seguros, joyas, obras de arte, antigüedades y artículos de colección y derechos de propiedad intelectual e industrial.

