Osvaldo Gareca, junto a dos de sus amigos, Lucy y Reymi, se dedicaban a recolectar víveres en plena pandemia para ayudar a personas necesitadas de la zona Sur de Cochabamba. Un 23 de junio de 2020 decidieron trasladar esa ayuda al Trópico de Cochabamba, acción humanitaria que fue el pretexto para acusarlos de financiamiento al terrorismo, detenerlos y encarcelarlos.
“Cuando nos aprestábamos a llevar esta ayuda llega gente encapuchada y nos dicen que tenemos orden de aprehensión, que nunca me mostraron y nos llevaron a las celdas de la FELCC, ahí recién imprimieron mi supuesta orden para firmar, nos quitan nuestros celulares y resulta que habíamos sido denunciados por financiamiento al terrorismo y como parte acusante estaba Arturo Murillo”, relató.
Para sus acusadores la ayuda que llevaban en víveres era una forma de pago para que la gente salga a marchar. Luego, Osvaldo junto a Reymi fueron trasladados a La Paz con la cabeza abajo y siendo agredidos constantemente.
“Nos llevaron al penal de San Pedro, estuvimos una semana sin contacto con nadie y luego nos llega una notificación de Arturo Murillo que decía que éramos peligrosos y que debíamos ser trasladados a Chonchocoro”, recordó.
“Al llegar a Chonchocoro, recibimos una paliza, nos hacían arrastrar como gusanos, nos golpeaban con sus toletes. (…), nos metieron en un bus abandonado y ahí nos gasificaron y ahí nos quedamos lastimados y llorando esa noche dormimos sin frazada”, testimonió Osvaldo.
En el bus abandonado Osvaldo y Reymi sufrieron todo tipo de agresiones, los encadenaron primero en un fierro del bus y luego los encadenaron de los pies para que no pudieran escapar.
"Nos encadenaron entre nosotros. Nos encadenaron de nuestros pies, vivíamos encadenados en ese bus, no nos dejaban ni ir al baño. Ha sido muy duro porque no podíamos tener visitas. Supliqué a los oficiales al mando para que nos saquen, son órdenes de arriba y tienen que acatar, nos decían”, contó entrevistado por el programa Somos Democracia, una alianza de medios estatales.

