La Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) resaltó este miércoles que la vacunación contra el COVID-19, la inyección de recursos a través de los bonos y el incremento de precios de los minerales, dinamizaron la economía y reactivaron a los sectores productivos del país.
En una rueda de prensa, el presidente de la CEPB, Luis Barbery, presentó la evaluación del sector privado sobre la reactivación económica en la gestión 2021 y dio a conocer las propuestas que plantea su rubro a las autoridades.
“La vacunación de casi la mitad de la población, la inyección de recursos a través de los bonos y la subida de precios de minerales, productos agropecuarios, y otros, han dinamizado la economía y reactivado sectores que empezaron a mostrar signos de mejoría. Son importantes los resultados de la balanza comercial, la estabilidad del sistema financiero y el mantenimiento del tipo de cambio”, destacó Barbery en representación de los empresarios privados del país.
Señaló que, sin desconocer el aporte del Gobierno central y valorando algunas medidas importantes para alcanzar esos resultados, es evidente que la recuperación tiene que ver fundamentalmente con el esfuerzo de la sociedad.
“Sobre todo, es atribuible a los miles de empresarios y emprendedores que, en medio de la incertidumbre siguieron produciendo, invirtiendo y aportando, para que la oferta de bienes y servicios se sostuviera, se recuperaran muchas fuentes de trabajo y la propia demanda se reactivara”, indicó.
Enfatizó que, sin embargo, y más allá de algunas interpretaciones optimistas que se puedan compartir, es evidente que no se superó la crisis y que los avances logrados corren el riesgo de revertirse.
“Al final de la gestión 2021 la economía muestra señales de una recuperación insuficiente y heterogénea; el desempleo se mantiene elevado y el subempleo ha aumentado; las Reservas Internacionales Netas están cayendo de manera sostenida; la inversión se ha contraído y ha crecido la pobreza”, dijo.
Frente a ese escenario, la CEPB consideró necesario un “cambio profundo y significativo” en la gestión y conducción política que considere cuatro aspectos: priorizar la agenda económica y productiva sobre la agenda política; diálogo y conceso; más confianza y menos división; y unidad y esfuerzo.
Según datos del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, desde noviembre de 2020 el Gobierno implementó una serie de medidas económicas y sociales con la finalidad de reactivar la economía boliviana que se vio afectada por la pandemia del COVID-19 y las decisiones del gobierno transitorio de Jeanine Áñez.
Algunas de esas medidas fueron el Bono Contra el Hambre de Bs 1.000, que benefició a 4.035.773 personas con un pago de Bs 4.036 millones a mayo de 2021 y causó un importante impacto en los indicadores de la pobreza.
Gracias a la implementación de esa medida, la pobreza moderada disminuyó de 39% a 37,1%; es decir que redujo en 1,9 puntos porcentuales (pp). En tanto, la pobreza extrema bajó de 13,7% a 12,4%, lo que quiere decir que descendió en 1,3 pp.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), a octubre de esta gestión el país registró un superávit comercial de $us 1.584 millones, “el más alto en siete años y una muestra de que la reconstrucción económica del país se consolida”.
De acuerdo con datos del informe presidencial del 8 de noviembre, “se adoptaron medidas que permitieron a la población boliviana acceder a un empleo; por tanto, la tasa de desocupación urbana se vio disminuida al orden del 6,2% a septiembre de 2021”.
En octubre, el titular de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro, informó que se logró que cerca de un millón de personas, un aproximado de 917.225 hombres y mujeres, se incorporen al mercado laboral como resultado de la reconstrucción de la economía nacional.