La Paz, 12 de junio de 2024 (ABI). – Los bloqueadores en Yapacaní obligaron a cerrar las válvulas del pozo Yarara X2, que provoca pérdidas diarias de Bs 300 mil y el potencial riesgo de daños estructurales que, de persistir la falta de operaciones, podrían representar afectaciones por encima de los $us 30 millones, advirtió la vicepresidente de Administración, Contratos y Fiscalización de YPFB, Wilman Yabeta.
El cierre de válvulas “puede llegar a afectar la productividad del pozo, y podemos perder la producción actual, adicionalmente se pueden dar daños estructurales en los arreglos del pozo y en toda la herramienta que está en el fondo, eso significaría un daño económico por encima de los 30 millones de dólares”, insistió en Asuntos Centrales.
Pobladores de Yapacaní empezaron hace seis días el bloqueo de la carretera Santa Cruz- Cochabamba en demanda al Legislativo de la aprobación del crédito por $us 35 millones para la construcción de la carretera Norte Integrado, que unirá Campo Víbora con la ruta troncal. El tratamiento del crédito fue agendado para la sesión de Diputados de este jueves.
El martes concretaron su amenaza de cerrar las válvulas del pozo Yarara X2, obligando a los trabajadores de la estatal petrolera a cesar las operaciones. El dirigente Ismael Marquina, vinculado con el expresidente Evo Morales, lidera las protestas y la toma del pozo, que provoca pérdidas económicas a Bolivia.
“Se han realizado las medidas correspondientes para un cierre seguro del pozo y evitar cualquier daño personal (…) Tenemos un estimado inicial de la afectación económica de un poco más de 300 mil bolivianos por día, considerando la producción que estamos perdiendo, que es alrededor de un poco más de 500 barriles por día que produce el campo Yarara y un poco más de 1 millón de pies cúbicos de gas”, reveló.
Los bloqueadores, a través de Marquina, también amenazaron con cerrar las válvulas de la planta Sirari.
El presidente de la Sociedad de Ingenieros de Bolivia, Fernando Paz, coincidió con Yabeta sobre las consecuencias del cierre brusco de las válvulas del pozo hidrocarburífero.
“Tenemos un impacto a la producción y presión. El cierre brusco de las válvulas puede reducir la producción de gas y petróleo, es decir, va a llegar menor cantidad de líquidos para su refinación, además, la pérdida de presión puede traer consecuencias negativas en los pozos, en los yacimientos. Otro daño es a la formación geológica”, advirtió.
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