En 2012, Elías Blanco Mamani fundó el espacio que recopila fotos, noticias y toda forma de recuerdos de la capital de Bolivia y otros departamentos. Forzado por la pandemia de COVID-19, en los últimos años difunde sus memorias sobre todo a través de Internet.
Aparapita es una palabra aymara que significa "el que carga". Así se los ve a estos hombres esmirriados pero poderosos: trajinan con bultos enormes por las empinadas laderas de La Paz: llevan costales de papas, hasta heladeras y roperos. Insólitamente, sus delgadas piernas no se quiebran al subir esas pendientes imposibles, incluso si se va con las manos vacías.
"El aparapita es el migrante altiplánico, que ha llegado a La Paz en tiempos de la Colonia, entrando a la República (hacia 1.800), cuando se crearon los famosos mercados tambo, donde siempre había la necesidad de cargar bultos", relató a Sputnik el director del Museo del Aparapita, Elías Blanco Mamani. Se calcula que hasta hoy perduran mil cargadores en esta ciudad.
"Solamente un aparapita puede cargar a veces costales de 14 arrobas (150 kilos) de papa. El aparapita que migra del campo no sabe ni leer ni escribir, no tiene ningún otro oficio más que agarrar un costal de algo. Como es del campo, siempre ha estado cargando papa", ilustró Blanco Mamani.
Su caso es muy particular. El fundador del Museo del Aparapita es, a la vez, un museo en persona. En su memoria guarda recuerdos de los últimos 100 años de La Paz, la ciudad donde nació. Son memorias propias, más otras que tomó prestadas de los miles de libros y fotografías antiguas que atesora en su casa, donde se sitúa también el museo.
Como amante de la cultura paceña, don Elías -—periodista de profesión— idolatra la figura del aparapita. Así como en el jardín se puede ver a hormigas cargar mucho más que su propio peso, en los mercados de La Paz todavía suben y bajan por las calles empinadas estos cargadores, que pesan 50 kilos y llevan más de 150 kilos sobre su espalda.
Durante su charla con Sputnik, Blanco Mamani resaltó que su vida tuvo un antes y un después cuando leyó por primera vez un texto del escritor Jaime Sáenz (1921-1986) autor de la célebre novela 'Felipe Delgado', publicada en 1979, en la cual arma su relato desde los callejones sórdidos paceños, atiborrados de alcohólicos y donde la vida nunca vale mucho.
Sáenz hizo un ensayo sobre el aparapita, "esa persona cuya única herramienta es una soga o un mantel. Y su espalda, por supuesto", parafraseó Blanco Mamani.
Agregó: "El aparapita es un hombre libre. Una característica del aparapita es que bebe, bebe mucho. No debe ser por frío, porque duermen en la calle. Bebe cuando quiere, el tiempo que quiere".
Además, "es noble, porque vive de su trabajo. Es fuerte. Su ropa es un saquito que se rompe y lo remienda, lo remienda, lo remienda. Al final, tiene todo un saco de remiendos, que por el trabajo mismo se le va rompiendo".
El director del museo destacó que el aparapita "es un personaje bien paceño. Por la geografía, no hay aparapitas en Cochabamba, ni en Santa Cruz, donde cargan con cochecitos".
El hombre-museo
Del mismo modo, Blanco Mamani es el aparapita de los recuerdos y memorias de La Paz, fundamentalmente, como de toda Bolivia. A sus 59 años, espera que alguno de sus tres hijos continúe su legado de cargar con la historia de esta ciudad.
Hacia 1990, "empecé a recopilar datos. Sin querer queriendo he ido acumulando material, periódicos de aquí, de allá, cosas que la gente habitualmente bota". Con su archivo, que crecía permanentemente, "no tenía idea de qué cosa iba a hacer. Solo quería saber. Así que empecé a recortar, después conseguí libros, siempre con limitaciones económicas, porque yo no tenía dinero. Hacía que me regalen".
"En 2012 arrancamos con el Museo del Aparapita, con la idea de preservar la información, rescatarla, ordenarla y difundirla. El museo es un espacio para la cultura boliviana esencialmente", relató Blanco Mamani a Sputnik en Villa San Antonio, el barrio paceño donde vive desde niño.
Actualmente, el museo dispone de una biblioteca, una hemeroteca y un archivo con 200.000 fotos. Con esos y otros insumos, Blanco Mamani lleva publicados 16 libros, la mayoría a través de la editorial El Aparapita: "Son fundamentalmente diccionarios de novelistas y de poetas de todo el país. También hay tomos sobre los orureños en la cultura boliviana, los benianos, los paceños", así hasta abarcar los nueve departamentos.
En sus publicaciones menciona a bolivianas y bolivianos que se desempeñaron en los campos del arte, la literatura, la música, el teatro. Como las ediciones en papel se agotaban rápidamente, Blanco Mamani optó por crear un blog, donde "hemos llegado a cargar 2.700 autores. Todos los libros elaborados están disponibles para descargar. Nos sorprende que ya vamos a llegar a los tres millones y medio de consultas de todo el mundo", dijo don Elías entusiasmado.
El director del museo destacó que la mitad de las visitas son bolivianas. La otra mitad provienen de Alemania, Rusia, España, Estados Unidos y Argentina.
En La Paz lo reconocen como "el señor de los aniversarios", porque cada día difunde algún recuerdo vinculado con la fecha."La gente nos dice: 'Gracias, me sirve'. Me dicen que mis diccionarios son los únicos en Bolivia de estas características". Comentó que en cierta ocasión, la Asociación de Pintores quiso hacer un diccionario, pero se encontraron con que don Elías ya lo había hecho.
"Con nuestras 2.700 biografías, elaboradas en más de 20 años, llevamos una ventaja. Luego del éxito del blog, pasamos a realizar videos, porque teníamos un programa de TV en Abya Yala. Creamos un canal en YouTube, donde disponemos de 250 videos", de cinco o seis minutos cada uno, donde presentan una reseña biográfica de alguna personalidad de la cultura boliviana.
"Estamos por llegar a medio millón de visitas en nuestro canal de YouTube. Tenemos una llegada que nos sorprende gratamente y nos da fuerzas para seguir, porque realmente sirve, se ve nuestro trabajo", aseguró Blanco Mamani.
Programas en la Red Patria Nueva
Durante los últimos años, Blanco Mamani tuvo empleo en el área de Cultura de la Alcaldía de la ciudad de La Paz. Pero en mayo pasado asumió como alcalde Iván Arias, exministro de Obras Públicas durante el Gobierno de facto de Jeanine Áñez (2019-2020). Dado el cariz pitita, como se conocen a los golpistas en Bolivia, de su gestión, el director del museo quedó desocupado.
A la vez, el Gobierno de Luis Arce impulsa nuevamente el trabajo de los medios públicos, seriamente vaciados durante la estadía en el poder de Áñez: "desde esta próxima semana vamos a tener tres programas de radio: dos por Huayna Tambo y uno por la Red Patria Nueva, con microprogramas sobre 'un día como hoy en la cultura'", mencionó Blanco Mamani.
La radio estatal Patria Nueva trabaja en red con decenas de emisoras en ciudades y áreas rurales de todo el país, lo cual le garantiza una amplia llegada.
El director del museo comentó que en otros departamentos, como Cochabamba y Oruro, existen proyectos similares. ¿Cree que en algún momento podrían unirse y encarar un archivo nacional?
"El Estado boliviano debería hacerse cargo de eso... y como que lo hace. En la ciudad de Sucre (Chuquisaca, centro) hay un archivo bibliográfico. En La Paz hay un archivo también, pero a veces están sujetos a la dinámica política de cada nueva autoridad que entra", evaluó Blanco Mamani.
Por ello, "en términos de cultura, como nosotros la encaramos nadie lo hace". Y comentó que años atrás había una Organización de la Sociedad Civil (OSC) que realizaba esa tarea, pero "se acabó el financiamiento y desapareció el centro de documentación".
Según el director del museo, "la condición privada de una persona puede ser una garantía para que prosigan el trabajo los hijos. Aspiro que así suceda", sostuvo.
"Es que en Bolivia no hay otro centro de documentación como el que hemos encarado nosotros. Intentamos aportar, porque sabemos que no hay mucha gente que trabaje en la cultura", dijo. Y agregó: "Nos sumamos desde La Paz a ordenar la información y a difundir, compartir".
Blanco Mamani observó que los espacios estatales destinados a conservar la memoria, "se han limitado a resguardar, recibir materiales de depósito legal, pero no difunden. Esperan a que la gente vaya a sus bibliotecas a consultar".
Pero, "es otra nuestra dinámica. Además de resguardar, difundimos activamente por los medios disponibles".
Desde hace un año y medio está mayormente detenida la actividad cultural en el país: "En tiempos de pandemia, que no tenemos visita, hay que salir al encuentro de la gente", consideró.