Gabriela Rodríguez, perseguida en el régimen de Áñez: Se obsesionaron y querían meterme presa a toda costa
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Gabriela Rodríguez se siente libre. Ya no es perseguida ni hostigada. Ahora, puede transitar por las calles del municipio de Yapacaní del departamento de Santa Cruz y dar su testimonio sin temor.
La activista de juventudes de esa urbe fue una de las víctimas de persecución durante el régimen de Jeanine Áñez. Se opuso al paro cívico cruceño de octubre de 2019 que viabilizó el golpe de Estado denunciado por el entonces presidente Evo Morales.
“Estábamos en desacuerdo con el paro del Comité Cívico de Santa Cruz. Habíamos dado un plazo de 12 de horas para que levanten (la medida), porque nos estaba perjudicando, no llegada nada, la fruta que llevan de acá a la ciudad de Santa Cruz estaba podrida. Estuvimos encerrados. Nos perecía injusto que un grupo de personas paralicen toda la actividad económica en el departamento”, relató Rodríguez en entrevista con el programa Somos Democracia, una alianza de medios estatales.
Elaboró, junto a otros compañeros, muñecos que representaban a políticos de oposición como Fernando Camacho, Rubén Costas, Carlos Mesa y dirigentes cívicos. Las figuras eran usadas en las movilizaciones juveniles a modo de protesta. Las imágenes eran publicadas en su cuenta en Facebook, lo que provocó la persecución meses después.
Una vez que Áñez se declaró presidenta, Gabriela Rodríguez fue identificada y hostigada durante el régimen con procesos judiciales de delitos que no había cometido.
“En el caso de Yapacaní, los jóvenes fuimos los más perseguidos con el visto bueno de (Arturo) Murillo”, contó e hizo referencia al exministro de Gobierno que hoy se encuentra prófugo de la justicia.
Rodríguez detalló que como estudiante de Derecho no podía ni visitar a sus compañeras de curso para avanzar clases, porque efectivos policiales se encargaban de perseguirla e incluso intervenir los hogares donde frecuentaba para advertirle de procesos judiciales.
“Se obsesionaron conmigo y querían meterme presa a toda costa”, lamentó Rodríguez a casi dos años de los hechos.