La Paz, 31 de marzo de 2023 (ABI).- Como corolario de su trabajo, la misión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) abogó por un diálogo nacional para superar la polarización histórica, profundizada por “las heridas abiertas en 2019”, y llamó a los actores políticos y sociales a apostar por espacios de consenso, que implican la renuncia a aspiraciones personales o partidistas.
“Solo mediante un amplio diálogo nacional con respeto al rol esencial que juegan el gobierno legítimamente electo, los partidos políticos en una democracia, y la amplia participación ciudadana organizada, se alcanzará la anhelada convivencia armónica de esta pluralidad de naciones y culturas que hace de Bolivia un referente regional”, estableció la misión.
Al final del preliminar informe sobre la revisión de la situación de los derechos humanos, los miembros de la comisión que trabajaron durante esta semana hicieron una reflexión sobre la necesidad de encaminar espacios de consenso, en un momento de polarización profundizada por la crisis de 2019.
Durante la crisis de 2019, un violento movimiento cívico, acompañado de un motín policial y el pedido de los mandos militares de renuncia, provocó un golpe de Estado, la dimisión de Evo Morales y la toma del poder por parte de Jeanine Áñez, como resultado de negociaciones extralegislativas entre partidos de oposición y cívicos.
Ni bien asumió el poder Áñez, se desató una persecución a líderes sociales y exautoridades. Días después, operativos militares-policiales intervinieron marchas de sectores sociales en Senkata y Sacaba, dejando más de una veintena de muertos y decenas de heridos por impactos de bala. Una misión de la CIDH calificó esos hechos de masacres.
Para los expertos internacionales, “la sociedad boliviana en su conjunto tiene una oportunidad excepcional para revertir la situación actual hacia una nueva etapa de reconciliación”.
“Si bien la Comisión entiende que la polarización histórica que divide a la sociedad se vio profundizada por las heridas abiertas en 2019, estas solamente sanarán en la medida en que las altas autoridades y todas aquellas personas con liderazgos políticos o sociales, que se pronuncian sobre los hechos en cuestión, contribuyan con su discurso a un ambiente favorable a la reconstrucción del tejido social”, recomendó.
Cinco días trabajó la misión presidida por Margarette May Macaula en La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y Sucre. En estos días concretó una serie de reuniones con actores políticos, de la sociedad civil y víctimas de la violación de los derechos humanos con el “objetivo de observar en profundidad la situación de los derechos humanos”.
El informe preliminar fue leído por la vicepresidenta de la comisión Esmeralda Troitiño, donde también se puso de manifiesto las consecuencias de la polarización política y la necesidad de revertirla.
Identificó, justamente, “el recrudecimiento de situaciones preocupantes en materia de la violencia partidista, producto de una extremada polarización política, que ha provocado una fractura en la sociedad y que urgen ser superada”.